Con frecuencia nos ocurre que durante el día a día en el trabajo, se nos presentan situaciones de estrés y contratiempos que nos generan agobio o preocupación para lograr tomar la decisión correcta. A pesar de que finalmente la decisión tenemos que tomarla nosotros, ya que para resolver problemas no existen esquemas o libros que nos dan la respuesta, si que existen claves de concentración que nos ayudan a visualizar la respuesta desde la perspectiva más lógica.
A continuación te sugerimos 5 claves para lidiar con efectividad con los problemas en el trabajo:
Clave 1: Separa los hechos de tus interpretaciones. El primer paso a tomar cuando se nos presenta una situación imprevista que impide el curso normal de los acontecimientos en tu trabajo, es separar los hechos de tus interpretaciones.
Los hechos son aspectos objetivos con los que tienes que lidiar para resolver el asunto; mientras que tus interpretaciones, en cambio, son juicios y evaluaciones que muchas veces tienen poco que ver con la realidad y casi siempre no te ayudan a resolverlo.
Clave 2: Completa tus reacciones. Una vez que hayas separado los hechos de tus interpretaciones, completa tus reacciones emocionales.
Verbaliza o escribe tus opiniones al respecto de manera que puedas dejarlas de lado y responder en lugar de reaccionar a la situación.
Clave 3: Identifica el compromiso. Por lo general ante una situación inoportuna solemos quejarnos solo cuando dicha situación es importante para nosotros.
Si identificamos aquello que nos importa en la situación, es más fácil encontrar entonces una solución. De manera que tenemos que hacernos con la idea más importante del problema.
Clave 4: Crea una o varias posibilidades nuevas. Una vez identificado la idea principal del problema o queja, crea posibilidades relacionadas con tu compromiso o que te permita lograr tus objetivos claros si fuera un caso normal.
Es importante que visualices tantas posibilidades como te sea posible, seguramente una o muchas de ellas te ayudaran a resolver el problema.
Clave 5: Ponte en acción. Finalmente, ya obtenidas las respuestas que tanto necesitábamos, es momento de evaluar la factibilidad de cada opción y elegir las que estés realmente dispuesto y puedas llevar a cabo.
Para así ponernos en acción, ya que solo la acción producirá algún otro resultado diferente al que ya tienes.
Define qué acciones tomarás, quién será responsable de ellas y para qué fecha compromiso. Asegúrate de darle seguimiento al cumplimiento de dichas acciones de manera que garantices que toda intención se vuelva un hecho, además de aprender y modificar la estrategia constantemente.
Por último, recuerda que ningún revés que tengas en el camino es equivalente a un fracaso, puesto que tener inconvenientes no solo es una parte normal de cualquier emprendimiento, sino la consecuencia lógica de llegar de dónde estás a dónde quieres ir.
