El verano ya está aquí, y como no ¿querrás irte de vacaciones? Estamos seguros de que sí, y salvando el que puedas tener un bolsillo muy amplio, el presupuesto del que dispondrás para planificar tus vacaciones limitará las posibilidades. Pero sólo eso, limitar. Esto no quiere decir que con poco dinero no se pueda disfrutar, ni descubrir rincones nuevos, ni realizar un gran viaje.
Dependiendo del tiempo que tengamos para ahorrar, tendremos que llevar a cabo un plan de ahorro a largo o a corto plazo. Una vez que tengamos aproximadamente una cantidad de cuánto nos van a costar las vacaciones de verano, dividiremos esa cantidad entre el tiempo que nos quede hasta que partamos hacia nuestro destino.
Esto puede ser interesante para disponer de un objetivo financiero común, ya sea con tu pareja o con tu familia. La motivación, y el momento de recolectar lo ahorrado será muy satisfactorio.
Siendo muy responsable, puedes definir el importe que puedes llegar a gastar en todo el viaje. Ten en cuenta tanto los servicios que requieren un gasto previo a la salida (reserva de transporte, alojamiento, excursiones), como los gastos en destino (comidas, salidas, transporte local, entradas, actividades, etc.)
Igualmente lo fundamental es saber a dónde queremos ir, es decir elegir el destino, y lo que queremos hacer una vez lleguemos. Otra cosa que tendremos que decidir es cómo vamos a desplazarnos. Para una familia numerosa puede resultar más rentable realizar un viaje por carretera, pero también hay que decir que acabaremos más cansados.
Una vez definido, podrás pintar el mapa de tus posibilidades. Aquí hay que ser muy creativo ya que algunos destinos tienen más de una opción para vivirlos, y algunas puede que entren en tu presupuesto. Digamos, por ejemplo, que quieres ir a Canarias y se te va un gasto elevado en billetes de avión. Pues para no resignar el destino deseado puedes optar por elegir un alquiler de casas o un camping para bajar el costo del alojamiento.
Cuando hayamos estimado todos los gastos, tendremos que ver en qué podemos ahorrar dinero. Podemos buscar descuentos de todo tipo, desde rebajas de entradas a lugares de interés, hoteles, etc. Una parte importante del gasto cuando estamos de vacaciones es el gasto en alimentación. En ese sentido conseguir alojamiento con cocina puede suponer un gran ahorro. Un apartamento, o incluso si vas solo un hostel son maneras recurrentes y muy baratas para poder viajar.
Por otro lado, y dentro de la negociación siempre presente cuando viajas con adolescentes, la definición del dónde estará marcada por sus intereses, por la asistencia a un concierto, por un encuentro con sus amigos, o por cualquier otro interés de tus hijos.
Tú puedes desear tirarte en una playa de Menorca sin mover un dedo durante tus vacaciones, pero es probable que termines caminando por las calles cool de Londres o París siguiendo los pasos de tus hijos. ¡Y así debe ser! Que el tiempo pasa muy rápido y nunca sabrás cuál es el último viaje “en familia” con tus ya-no-peques.
Si por el contrario viajas solo, puede ser una gran oportunidad para conocer a gente nueva y demostrarte a ti mismo de que estás hecho. Descubrirás que hay un mundo a tus pies deseando abrirte las puertas para que lo conozcas.
Un destino puede conocerse de muchas maneras, y alguna puede que quepa en tu presupuesto. Para ello, habrá que sacar cuentas y sentarse a husmear entre todas las opciones de servicios turísticos que tenemos a nuestra disposición. Trenes, buses, ferries, aviones, o en coche. Armaremos una ruta aproximada de los puntos que queremos tocar, o de los lugares a visitar si vamos hacia una ciudad.
A partir de allí, y teniendo en cuenta los intereses de todos los integrantes del grupo, podremos ver qué tipo de servicios necesitamos.
Independientemente del tipo de viaje, ya sean viajes solo o acompañado, cerca o lejos, siempre ten en cuenta la seguridad y la salud. Para ello, revisa la cobertura de tu seguro de salud local, o consulta si tu tarjeta de crédito incluye cobertura de este tipo en el destino escogido. O contrata uno. No es un gasto, es una inversión en tranquilidad y asistencia. Y ojalá que no tengas darle ningún tipo de uso.
Después quedará la decisión personal de tomar excursiones organizadas o ir a tu aire. Hay para todos los gustos y necesidades. Quienes no se atreven mucho solos por el mundo, agradecerán tener las cosas más o menos organizadas, y quienes deseen la mayor libertad del mundo.
Pero si estamos hablando de ahorrar, un viaje a tu aire te dará las facilidades necesarias para economizar tu viaje al máximo, pero cierto es que no a todo el mundo le da tranquilidad esa libertad.
Reconozco que tengo un poco de ambos (y creo que somos unos cuantos). En ocasiones cuando viajo a un destino absolutamente desconocido, agradezco un traslado a la llegada, o una visita de la ciudad guiada para poder ubicarme, aunque el resto del tiempo la camine por mi cuenta.
Algo similar ocurre con los hoteles. Te puedes sentir más seguro cuando los llevas contratados desde casa, e incluso puedo aprovechar el tiempo para elegir con paciencia lo que mejor va con tus gustos y los de tu familia o amigos, y hasta servirte de las ofertas por reserva anticipada o las promociones que puedan incluir algún servicio extra por reservar con antelación (el desayuno gratis, o el parking o el acceso al spa).
El equipaje es un tema más sencillo. Si ya no tienes que cargar con el equipaje de tus niños pequeños y son adolescentes, ellos saben muy bien lo que quieren para vestir… pues se hacen su propia maleta y se ocupan de llevarla. Así también asumen la responsabilidad de buscarse la vida si se olvidan algo en casa. ¿Llevan sólo dos camisetas para 10 días? No te preocupes, ya habrá solución.
Olvídate de hacerte responsable de esas pequeñas cosas. Ellos “son grandes”. Y la verdad, es que poco importa si se dejaron las chanclas de la playa en casa. Por otro lado, disfrutarás de la libertad de movimientos ya que, en mi caso, sólo llevamos una maleta pequeña (de cabina) por persona para viajar en verano.
Si como otra opción vas solo, y como hablábamos antes vas a ir a tu aire, lo mejor es una mochila grande, de las llamadas de “mochilero”. Su comodidad a la hora de transportarla si estás de un lado para otro te dará la tranquilidad que necesitas si te surge algún tipo de imprevisto.
Y en cuanto al clima en viaje, tenemos un estilo muy simple: nada de superficialidades. Vístete cómodo y fresco, repite vestuario si es necesario, y en caso necesario lavamos sobre la marcha.
Este tal vez sea el mejor consejo. Aprovecha la organización de tus vacaciones de verano para desconectar del día a día. Que no sea un “trabajo” ni te cargue de más estrés del que ya llevas acumulando. Disfruta la planificación, juega con las posibilidades, diviértete con la familia imaginando itinerarios, aprende de los intereses de cada uno, escúchalos para enriquecer el viaje. Anticipa la experiencia. Vívela aún antes de salir rumbo al aeropuerto.
Y una vez en destino, sólo te queda disfrutar.
Si necesitáis alguna idea más de cómo planificar tu viaje, o incluso alguna ayudita de que destinos elegir que puedan resultar interesantes, os dejo a continuación la guía de un buen amigo; el cual, en dedicatoria a su padre, viaja y nos cuenta sus experiencias.
La web se llama: www.tusguiasdeviaje.com
Si entre vuestros destinos pensados os encaja alguno de los que podáis encontrar aquí, en sus guías podréis tener la oportunidad de explorarlo bien a fondo y a un precio muy asequible.
Si aún no te has parado a planificar tu verano…
¿SE PUEDE SABER A QUE ESTÁS ESPERANDO?